Cerca de 100 voluntarios y voluntarias de la comunidad Universidad Adolfo Ibáñez, sede Viña del Mar, están participando de los Trabajos de Invierno 2019 (TTi) con el objetivo de ayudar a comunidades de nuestro país y transformarse en agentes activos/as de acción social.
La Dirección de Asuntos Estudiantiles de Viña del Mar visitó a los y las voluntarias de TTi, quienes ya se encontraban trabajando en Peumo, desde el 14 de julio hasta este domingo 21. En jornadas de visitas por cada cuadrilla y casa en desarrollo, se pudo conocer el trabajo diario de los y las alumnas que se inscribieron en la XXIII versión de este proyecto, el cual sigue apuntando al forraje de las casas con el fin de mejorar la aislación térmica de las construcciones, esta vez focalizado en Peumo en la región del Libertador General Bernardo O’Higgins.
El director de Trabajos de Invierno y estudiante de quinto año de Ingeniería Civil Industrial, Fernando Núñez, comenta que se trata de “una comuna rural bastante grande, pero con pocos recursos”. De este modo, la organización eligió dicho lugar porque «detectamos que hay una fuerte necesidad en la zona. Nos hemos dado cuenta que es un muy buen lugar para cumplir nuestros objetivos”, explica Núñez.
Con objetivos claros
El director de la organización explica que TTi “es una parte importante de la rama social de la UAI. Estos trabajos ocurren durante la segunda semana de las vacaciones de invierno y buscan principalmente entregar una mejor calidad de vida a las personas, mediante la entrega de aislación térmica de las casas”. Se pretende lograr forrar la mayor cantidad de casas de la mejor manera posible y lograr impactar en las personas: que los voluntarios/as conozcan a las familias y su realidad para entender mejor qué es lo que se hace en TTi.
Asimismo, Núñez agrega que otro de los objetivos “es generar vida universitaria, es decir, comunidad. Existe la posibilidad -como voluntario/a- de conocer gente que, quizás en el día a día de la universidad, uno no conoce. Conocer estudiantes de otras carreras, otras generaciones, egresados/as. Para nosotros/as es fundamental lograr eso, además, de que los voluntarios y voluntarias nuevos/as se contagien del ‘bichito’ de lo que es TTi”.
Este año gran parte de los voluntarios y voluntarias son de cursos pequeños, primero y segundo, dando inicio a una nueva generación de TTi que mantendrá la tradición viva en los años que vienen. En esta nueva generación está Daniela Infante, alumna de segundo año de Psicología en Viña del Mar, quien por primera vez forma parte del evento: «Siempre quise venir a ver cómo era la experiencia y conocer, ver otras realidades. Ha sido bacán, me ha gustado mucho. Planeo venir todos los años que quedan»
Cuando se le pregunta a Daniela sobre lo que le ha dejado esta experiencia, es clara en el enfoque social que tiene la actividad, tanto de apoyo a la comunidad local como de relaciones universitarias: «Desde conocer otras casas, otras familias, otras formas de vivir, hasta conocer la misma cuadrilla con la que estás trabajando. Porque hay gente en la misma universidad que tú nunca la habías conocido antes. Pasas de no haber estado nunca juntos, a pasar días completos».
Pasarla bien, haciendo el bien
El hecho que los voluntarios/as sean estudiantes desde primer año hasta quinto, e incluso egresados/as que siguen participando, fue calificado por el jefe del proyecto 2019 como “un mensaje de que TTi es más que solo un voluntariado”. El estudiante explica que se trabaja en cuadrillas de aproximadamente ocho personas cada una, con un jefe a cargo, y agrega que “confiamos plenamente en ellos y ellas. Hacen un muy buen trabajo no sólo construyendo, sino que formando vida de cuadrillas”.
Las jornadas empiezan a las 7:00 am para desayunar en el comedor de la Escuela Antonio de Zúñiga y luego trabajar durante todo el día en los grupos designados. Cerca de las 20:00 horas los y las voluntarias cenan. Núñez explica que “también hay ratos libres donde los voluntarios/as pueden conocer el lugar, descansar, etc. Además, tenemos dinámicas de las directivas para entretener y mantener activos a los y las participantes”.
Joaquín Olivares, alumno de primer año de Ingeniería Civil Industrial, lleva un semestre en la UAI y desde que ingresó fue de su interés participar de los Trabajos de Invierno. Cerca del cierre de TTi 2019, Joaquín ya apoyó la modificación de una casa, hasta su término, y hoy terminará otra: «Cuando me metí a la universidad un amigo me habló de TTi y me motivé, investigué un poco y lo encontré interesante. Ha sido una gran experiencia, he conocido harta gente, hemos ayudado a muchas personas. Cuando uno termina una casa queda con una sensación positiva, que ayudó a una familia».
Un proyecto continuo
Nuñez comenta que para este domingo, en el cierre de TTi 2019, esperan “poder cumplir todos los objetivos: principalmente el entregar una ayuda de calidad, que sirva, lograr un impacto en la zona y que se acuerden de nosotros y que los voluntarios/as conozcan y entiendan esta realidad”.
El llamado desde la directiva a la comunidad UAI que no ha participado de este tradicional evento es que “no se pierdan a esta oportunidad, acérquense a Trabajos de Invierno, pregunten, conozcan cómo es y cómo trabajamos. A veces cambiar una semana de vacaciones por una semana de trabajo, de repente, es mucho mejor: no se logra un descanso físico, pero sí uno emocional muy importante. Uno vuelve a su casa con el corazón recargado por el trabajo hecho, por haber conocido a gente de la universidad y por haber generado lazos que duran para siempre”.