Grace: el triunfo que sentó las bases para Chile en Estados Unidos

9 septiembre, 2018 Estudiantes Noticias Reconocimientos

Tras el triunfo en la novena versión del Global Student Entrepreneurship Challenge en Virginia Tech, Federico Jensen, estudiante de Ingeniería Civil Informática y parte del equipo que ha desarrollado por cuatro años el proyecto “Grace”, regresó a Chile dispuesto a seguir mejorando el producto que busca reducir o anular el temblor en las manos de las personas que padecen temblor esencial.

Jensen asegura que fue una competencia difícil porque se enfrentaban a grandes proyectos de países como Australia, Alemania o Austria que tienen tradición en este tipo de certámenes. Además, tenían una responsabilidad aún mayor: de los 13 grupos participantes, fueron los primeros en presentarse frente al exigente jurado. Debian dejar la vara muy alta desde el primer momento para asegurar un cupo entre los ganadores y así lo hicieron.

Sabían que su competencia directa estaba entre el proyecto de Alemania, que también trabaja en el área médica con el párkinson, y el grupo de México. Sin embargo, nunca imaginaron que se quedarían con el primer y segundo lugar del concurso de emprendimiento. Para Jansen, “esto sienta las bases para que Chile siga ganando terreno en Estados Unidos, teniendo en cuenta que ya es el segundo año que un equipo chileno gana el primer lugar y ambos de la Universidad Adolfo Ibáñez”, asegura.

Y por lo mismo, Jensen enfatiza que parte del triunfo de Grace este este año, se debe a que el equipo de la sede de Santiago que ganó en el 2017 tenía la posibilidad de llevar un proyecto de la universidad directamente a la final del 2018. Pese a que no los conocen personalmente, agradecen que los hayan elegido para representar a la UAI en Virginia Tech y ahora ellos tiene la responsabilidad de elegir otro grupo que esté lo suficientemente maduro para participar.

Si bien iban enfocados en ganar, Jansen indica que lo más significativo era lograr redes, contactos y “presentar la invención en Estados Unidos, ya que, al ser un aparato biomédico, cualquier intento de comercializarlo a nivel global significa que pase las certificaciones médicas de ese país.” Y esa meta también la cumplieron, porque vuelven a Chile con contactos tanto de los otros participantes como de la universidad de Virginia y fundaciones que se dedican a levantar fondos para soluciones médicas.

Para el equipo, lograr este triunfo hubiera sido imposible sin el apoyo de su profesor guía, Cedric Little, quien desde el primer momento los apoyó. Además, el estudiante de Ingeniería Civil agradece la formación que les entregó la UAI, tanto en el ámbito técnico como comercial, que fue fundamental en la presentación. Sin embargo, indica que a nivel nacional y en la universidad aún falta agilizar los procesos burocráticos para que no se conviertan en un obstáculo para los proyectos.

La proyección del equipo para Grace es ambiciosa. Saben que al estar en Chile tienen ciertas limitaciones que en otro país no tendrían, pero, de acá a unos cuatro años más, esperan perfeccionar su producto y que alguna gran empresa se fije en ellos para producirlo en masa con las certificaciones correspondientes y que pueda ser entregado en hospitales, por ejemplo, bajo el plan AUGE.

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