Las relaciones amorosas saludables son una necesidad cuando queremos apropiarnos del sentimiento de respeto por nuestra pareja, pero para ello hay que tomar conciencia sobre el daño que se puede hacer con ciertas actitudes dentro de la relación, en distintos niveles y escalas, que deben ser atajadas a tiempo. La reconocida psicóloga experta en relaciones de pareja, género, sexualidad e inteligencia emocional, Constanza del Rosario, durante su charla en la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) el lunes 4 de junio, precisó que, “nada justifica nuestra agresividad hacia nuestra pareja”. En aquella instancia precisó que estas situaciones son reflejo de la imagen del “Hulk del Amor” (Puedes revisar la nota de la charla aquí).
Nuestras cifras nacionales no son alentadoras. El Instituto Nacional de la Juventud (INJUV) durante el 2017 anunció los resultados de su estudio “Percepciones sobre La Violencia en el Pololeo”. Dentro de las 1.012 personas consultadas de entre 15 a 29 años, a nivel nacional, mostró que el 51% ha visto en su ambiente a personas víctimas de violencia en el pololeo (Fuente: INJUV).
Por esta situación, desde la Dirección de Asuntos Estudiantiles entrevistamos a Constanza del Rosario sobre el tema, quien respondió a nuestras inquietudes sobre la violencia en las relaciones amorosas.
¿Cómo afecta en los estudios y relaciones sociales tener una relación amorosa violenta?
Las repercusiones emocionales de estar en una relación violenta pueden ir desde problemas para concentrarse y memorizar, efectos negativos sobre nuestra autoestima y autoconfianza, desarrollar síntomas de angustia, depresión y psicosomáticas. Por ello es que nuestro rendimiento académico puede verse seriamente afectado e incluso puede ser la causa tras la cual algunos decidan dejar de estudiar. Con respecto al impacto en nuestra vida social, suele conllevar un alejamiento de nuestras redes sociales como amigos cercanos o familiares, ya sea para evitar conflictos con la pareja o como resultado del control ejercido por esta. También puede darse que sentimos no ser comprendidos, que nos rechazan y critican o que se han cansado de nosotros, así que decidimos permanecer alejados para no ser juzgados a nosotros o a nuestra pareja.
¿Qué podría indicarme si tengo adicción a una relación amorosa?
Cuando estás involucrado en una relación que te produce mucho sufrimiento y no eres capaz de poner fin y dejarla ir, ya que estás atrapado y confundido entre emociones contradictorias que te generan las dos personalidades que pareciera tener tu pareja: una agresiva, dominante, fría; otra cariñosa, intensa, atenta e incluso muy vulnerable.
También se puede experimentar mucha angustia cuando tu pareja se aleja, amenaza con poner fin a la relación o simplemente se desconecta emocionalmente de ti, lo que te impulsa hacer o aceptar lo que sea necesario para recuperar su amor. Además, puede darse que aunque sepas que es injusto, sientas que está equivocado o que te haya agredido, estás dispuesto o dispuesta a aceptar la culpa o pasar por alto lo sucedido, convenciéndote de que si te esfuerzas o cambias un poco más las cosas pueden mejorar y obtener la valoración y respeto que anhelas.
¿Hasta qué punto es posible controlar el Hulk del amor?
Establezcamos que nuestras emociones no son evitables, pero nuestras reacciones sí. Por lo tanto, lo que haga o deje de hacer nuestra pareja va a desencadenar un sentimiento que puede ser avivado o regulado a partir de nuestros pensamientos; mientras más negativos sean esos pensamientos más se intensificará la emoción y más fácil será actuar de manera impulsiva, irracional y agresiva. Siempre es posible controlar a nuestro Hulk y somos nosotros los que no lo frenamos a tiempo, le echamos leña al fuego o le damos el permiso de actuar agresivamente. Esta situación negativa se potencia y facilita bajo los efectos de las drogas y alcohol que libremente hemos decidido ingerir y que, por lo mismo, también son nuestra responsabilidad.
¿Cómo detectar rasgos violentos en una relación amorosa?
- Te pone apodos, te llama de maneras que te desagradan o te humilla o se burla de ti, sobre todo en público.
- Ha intentado chantajearte sentimentalmente para lograr lo que quiere o lo has descubierto mintiendo y engañándote.
- Trata de controlar tus actividades, con quién sales, revisa tu celular e incluso te hace prohibiciones.
- Te cela, insinúa que andas con alguien más, o te compara con sus ex.
- Te responsabiliza de todo a ti, incluso de sus reacciones y conductas. Y se siente moralmente superior a ti, no muestra arrepentimiento o es un falso arrepentimiento ya que al poco vuelve a hacer lo mismo.
- Con otros puede mostrarse como un ser encantador y correcto pero en privado pareciera ser otra persona.
- Ha destruido alguna posesión tuya (cartas, regalos, celulares) en alguno de sus arrebatos.
- Te ha pellizcado, apretado fuerte o tiroteado o incluso golpeado argumentando que es “de juego”.
- Ha ocurrido violencia física: cachetadas, empujones, patadas y hasta puñetazos.
- Amenaza con golpearte, encerrarte, dejarte o incluso con matarte.
- Te obliga a tener relaciones sexuales, te ha manipulado para hacerlo o te ha abusado.
- Sabes que tu relación no es saludable pero aun así no la dejas por temor a quedarte sola, por compasión o porque crees que si te esfuerzas un poco más tu pareja va a cambiar.
¿Qué debo hacer para alejarme de una pareja violenta?
El primer paso es reconocer que estás dentro de una relación violenta y el grado de dependencia emocional que tienes con esta persona. También debes pedir el apoyo de quienes te quieren, además de buscar ayuda especializada y estar dispuesto a dar el paso más difícil: contacto cero —con el agresor. Ya que tu cerebro ha desarrollado una adicción hacia tu pareja, cualquier contacto puede hacerte relativizar, minimizar y recaer. Para dar este paso se debe estar dispuesto a reconocer que nuestra pareja no nos ama como queremos y que nos daña. Debemos estar dispuestos en invertir en nuestro amor propio; abandonar la necesidad de entender y justificar su actuar o de rescatarlo de sus inseguridades. Aceptar que las cosas sólo pueden mejorar poniendo fin a la relación, ya que concretamente nuestra pareja pese a hacernos sufrir no realiza ningún cambio para dejar de hacerlo y su falta de motivación a cambiar y hacerse cargo de sus ideas y reacciones emocionales es un índice de pronóstico negativo.
¿Cómo enfrentar el miedo a una pareja violenta?
Teniendo presente que evitar y adaptarse sólo aumenta el problema, que su agresividad se nutre de nuestro miedo, que el único camino para ser respetado es el amor propio, los límites y la autoestima y esto implica estar dispuesto a perder una relación antes que avalar ser maltratado.
¿Cuál es el tratamiento recomendado para recuperarse de este tipo de experiencias?
Las personas que han estado en una relación violenta necesitan un tratamiento psicológico que incluya técnicas de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, (EMDR por sus siglas en inglés), o TIC, para la disminución de la sintomatología propia de un estrés post-traumático y que facilite la integración de los hemisferios cerebrales para disminuir la posibilidad de recaer por estar adheridos al trauma. Hay que psicoeducar sobre relaciones saludables, del cómo funciona nuestro cerebro emocional y las características de las personalidades narcisistas y psicopáticas. Fortalecer la autoestima, autoconfianza, la regulación emocional, la empatía asertiva y el establecimiento de límites. Y finalmente hay que realizar una exploración de los vínculos afectivos tempranos que facilitan el permanecer y aceptar este tipo de relaciones.
Si deseas contactar a Constanza del Rosario o aprender más sobre este tema, puedes hacerlo en su Instagram @consdelrosario. ¡También te recomendamos ver sus videos! Te dejamos uno contingente “Mis reacciones son tu culpa”.