En esta tercera versión del Concurso Talento Musical UAI, la final se realizó en vivo en el interior del casino del Edificio A, ya que el clima decidió jugar una mala pasada con una inesperada llovizna, no obstante, el ánimo de los y las finalistas seguía intacto para darlo todo en la competencia.
La apertura estuvo a cargo de la presentación del grupo organizado Hip Hop UAI, quienes con sus rimas lograron entretener al público y hacerlos partícipe de sus remates. Mientras esto ocurría, los/as cinco finalistas que llegaron a esta instancia gracias a la votación de sus propios/as compañeros/as se preparaban para subir al escenario.
La primera en presentarse fue Gillean Rojas, estudiante de Ingeniería Comercial, quien el año pasado obtuvo el tercer lugar en la competencia y esta vez apostó con la canción Make you feel my love de Adele. Luego, fue el turno de Mariano Paiva, quien estudia Derecho y ama la música, dice que “es la forma que el alma tiene de expresarse y manifestar emociones”. Mariano emocionó con su voy y la canción Somewhere over the Rainbow en la versión de Ariana Grande.
El siguiente en subir al escenario y encender los ánimos fue Diego Sepúlveda, estudiante de Ingeniería Comercial, el cual se lució con su guitarra y la canción de The Clash, Shoul I stay or should I go, logrando contagiar al público que coreaba la clásica canción.
La cuarta semifinalista fue Florencia Jara, también de Ingeniería Comercial. Confesó que entró al concurso para obtener un micrófono y poder grabar canciones de manera más profesional, y claro que se espera que lo logre, pues es dueña de un indudable talento vocal.
Para finalizar la ronda de competencia, se presentó María Fernanda Araya, estudiante de primer año de Ingeniería Comercial, la cual llevó un fiel público que la estuvo apoyando en todo momento, sin embargo, la sorpresa mayor fue que su mamá estaba entre el público viendo su presentación. La canción escogida por María Fernanda fue el cover en inglés de Singularity de la banda coreana BTS. Como era de esperar, el público presente y su público la aplaudió con euforia luego de su impecable performance.
Terminada la competencia, el jurado que estaba compuesto por Francisco Riveros, profesor de matemáticas de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, músico multi-instrumentalista y productor. Javiera Moreno, Psicóloga del Centro de Asesoramiento y Desarrollo Estudiantil (CADE) y por último, José Miguel Arellano, académico de la Facultad de Artes Liberales, compositor y Doctor en Música Nortwestern University, estuvieron muy atento/as a la presentación de los y las participantes y los fueron evaluando uno a uno mediante se subían al escenario, tenían que sacar los cálculos, los cuales estuvieron muy ajustados, puesto que como comentó Javiera Moreno “El nivel de los competidores es altísimo, fue muy difícil dirimir”. Sin embargo, los resultados arrojaron tres lugares.
Resultados
El tercer lugar fue para Diego Sepúlveda, quien manifestó que “encontré un siete la producción, hubo resolución rápida de problemas. A veces en escenarios de mucha plata cuesta que suenen bien y acá no hubo ningún problema, altiro uno se siente cómodo, además los premios eran “bacanes”, de verdad increíble la calidad y bueno, el nivel de los compañeros igual, espectacular”.
El segundo lugar lo obtuvo Mariano Paiva, quien comentó “¡Me encanto! Sobre todo, destaco el sonido de los parlantes y los premios, en general perfecto y todo muy bien organizado”.
La acreedora del primer lugar Fue María Fernanda Araya, quien se explayó “Estoy agradecida de toda la organización por darnos la oportunidad de regalar esto que tanto nos gusta hacer a los artistas. Más que el premio, me sentí muy feliz de ver a todos mis amigos ahí apoyándome, dándome la oportunidad de entregarles un pedacito de mi corazón. Fue una instancia genial para salir de la rutina y me sentí muy valorada por la U y mis compañeros. Totalmente agradecida”.
Pero la más feliz fue la mamá de la ganadora, ya que al ver a su hija recibir el primer lugar, corrió hacia el escenario para abrazarla y felicitarla. Ya un poco más serena tras la emoción, comentó: “Cuando vi a mi hija ganar me sentí muy feliz y orgullosa y muy contenta de que la universidad tenga estas instancias para que los alumnos puedan mostrar sus talentos y desarrollar otras cosas adicionales a la carrera. Eso habla de que la universidad tiene súper claro la universalidad, valga la redundancia, de mostrar el universo de cosas que los alumnos pueden llegar a hacer y probar para volverse personas más completas, que no es todo puro estudio. Unas instancias muy bonitas, ver a los amigos involucrados apañando a los competidores, hasta los cocineros participaron opinando. Muy bonito”.